Mano de resina
Técnica de molde perdido
Vamos a explicar cómo se puede llevar a cabo una reproducción de casi cualquier objeto, incluso partes de nuestro cuerpo (foto 1).
La técnica del molde perdido se caracteriza por ser un sistema de reproducción sencillo de realizar pero que sólo permite una copia, por lo que la pieza resultante es única e irrepetible.
Las piezas del molde, que van a rodear el objeto original (en nuestro caso, la mano), serán de escayola, y antes de empezar es importante pensar en cuántas piezas será necesario dividir el molde para poder liberar después el objeto de su interior. Para la mano, con dos piezas es suficiente, colocando la linea de separación en el plano que divide la mano entre palma y dorso.
Haremos la primera pieza vertiendo escayola directamente sobre nuestra mano, que previamente habremos hundido en una "cama" de barro hasta el plano de separación de las piezas (foto 2).
Cuando la escayola haya endurecido, podremos hacer la segunda pieza. Daremos la vuelta a la mano, aplicaremos un desmoldeante a la escayola de la primera pieza para que no se pegue con la nueva y verteremos la nueva escayola.
Una vez fraguada esta segunda pieza, separaremos las dos partes del molde, sacaremos la mano y ya tendremos nuestro molde casi listo para realizar el vaciado (foto 3). Lo único que falta es aplicar un poco más de escayola en la unión de ambas piezas para sellarlas bien.
La reproducción está hecha con resina de poliéster, áridos y pigmento.
Para liberar la nueva mano de resina habrá que picar la carcasa de escayola con un cincel y un martillo (foto 4).
Finalmente, podemos jugar con diferentes acabados para conseguir los efectos que se deseen.
¡¡Ya tenemos nuestra mano lista!! (foto 5).
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